sábado, 13 de septiembre de 2008

Palíndromas: Atar a la Rata

-Atar a la rata no es más que atar a la rata -dice Lozano. -No tiene ninguna fuerza porque no te enseña nada nuevo y porque además nadie puede atar a una rata. Te quedás como al principio, esa es la joda con los palíndromas. (p. 57)

-Nomás que ponerlo en plural y todo cambia, te nace una cosa nueva, ya no es el espejo o es un espejo diferente que te muestra algo que no conocías. (p. 57)

Julio Cortázar, Deshoras, Buenos Aires, Nueva imagen, 1983.

El palíndroma es tautológico; duplicado frente al espejo obtura toda posibilidad de cambio. Escritura que exhibe frívolamente su ingeniosa improductividad de no decir nada (casi un manifiesto de modas posmodernas). Nada teje esa lanzadera que va y vuelve vacía, idéntica a sí misma. Pero además puede ser leído como alusión emblemática a cierta concepción ideológica que se consolida a partir del Iluminismo y que se caracteriza por reducir el pensamiento a la categoría de aparato matemático, haciendo de esta ciencia paradigmática el motor de la consagración del mundo como medida de sí mismo. Pero el conocimiento no puede reducirse a la clasificación, a la mensura y al cálculo, ya que dando razón a lo que es de hecho se lo limita a la repetición, transformándolo en tautología. Por el contrario, el pensamiento se hace productivo a partir de la negación radical y determinante de lo dado e inmediato, y esta parece ser la actitud de Lozano dentro del texto.

Extraído de: http://everba.eter.org/winter02/satarsa_gustavo.htm







No hay comentarios:

Publicar un comentario