El nene feliz, camina de su casa en Palermo a su trabajo en Ciudad Vieja y de su trabajo a la Asociación Cristiana en el Cordón y de allí nuevamente a su casa. Como Hansel y Gretell, el nene feliz, va dejando su huella al pasar. Son pequeños personajes, a veces en sticker y otras hechos con marcador. Son como animales y duendes del bosque que lo van guiando en su camino y protegen a quién se atreve a seguirle los pasos.
El nene feliz aveces frente al dibujo de otro estalla en felicidad y deja su comentarios.
Es bueno saber que en Montevideo, a veces tan gris y a veces tan verde, hay en sus calles, un nene repartiendo felicidad.