miércoles, 29 de julio de 2009

Ciegos de remate

El 13 de julio se llevó a cabo el remate de 24 obras artísticas encerradas cada una en una caja de cartón. Los posibles compradores sólo tenían como información, el artista que había colocado la obra dentro de la caja, el peso de la caja + la obra y el costo de elaboración de la obra. La propuesta y organización fue hecha por las chicas BIG, Agustina Rodríguez y Eugenia González. El rematador fue Horacio Camandule, actor de la película Gigante.

La propuesta era interesante como parábola del mercado artístico. De algún modo lo que importa en el valor de una obra es fundamentalmente quién la hace y en ese sentido este remate a ciegas no solo reprodujo el mercado del arte sino que demostró que el público es capaz de comprar obras de arte sin tener la menor idea de lo que está comprando. Esto último es bastante preocupante, sobre todo en mi caso que terminé comprando tres cajas y hubiera comprado más si no fuera que una voz interior me decía deténte!

Si bien en las fotos no se capta bien, había mucha gente. Las pujas por momentos fueron intensas y emocionantes como suelen ser en todo remate. Se dieron algunas coincidencias numerológicas que vale la pena remarcar por si alguien cree en que no existen coincidencias. El lote del Ochopante era el número 8. Mi lote era el número 16, nadie sabía que dentro de la caja habían 16 láminas y fue rematado a 1600 pesos! Parece cosa de mandinga y seguramente lo fue, aún no descifro el mensaje oculto, si alguien lo capta por favor me avisa.

Toda la experiencia fue muy divertida. Pero lo más interesante fue el lugar dónde se llevó a cabo el remate. Se trata de la casa del Tatú, lo cual convierte al lugar en literalmente una tatusera. La tatusera del Tatú antes fue una pensión y aún conservan número las piezas. Hoy además de casa, es un verdadero museo de arte urbano montevideano. Podrán encontrar en las fotos abajo, obras de varios callejeros que ya fueron tratados en este blog. En particular se destacan los graffitis de KNCR, los seres de alfalfa, las caritas de fran y otros varios.




























sábado, 25 de julio de 2009

En caja abierta no entran moscas

El 16 de julio cerraba la actividad desarrollada en Plataforma (MEC) por el taller Scheps de la Facultad de Arquitectura. Conjuntamente se cerraba la actividad propuesta por las chicas Big (Agustina y Eugenia). Para mi, como para otros, era el momento de saber qué había en las cajas rematadas.

El local de Plataforma estaba totalmente alterado por las cajas que los estudiantes del taller Scheps habían colocado por toda la sala. La gran ventana que da a la calle estaba casi toda tapada por las cajas, apenas se veía a través de huecos que habían quedado como si fuera una pared a medio construir donde se ha dejado el espacio para futuras ventanas. En el centro de la pieza había una gran torre de cajas.

En uno de los costados estaban las cajas rematadas ya abiertas y expuestas a la manipulación de los que por allí deambulábamos. Fue todo muy emocionante sobre todo el momento en que partí con mis tres cajas adquiridas en el remate de hacía algunos días.



Aqui podrán ver las chicas BIG, Eugenia y Agustina responsables del remate y su encajonamiento.

En el suelo se pueden ver cajas intervenidas por los miembros del taller Scheps y en la pared proyección de fotos alusivas a la propia actividad.

Lote 19 Manuel Rodríguez: vendido a 800 $. Me hubiera gustado rematarlo, pero para cuando llegó el lote 19 ya no tenía más plata.
Lote 2 Aldo Barofio: se vendió a 4 euros. La obra se llamaba Best seller, y representaba un mapa de algo parecido a la Ciudad Vieja.


Lote 1 Santiago Tavella: vendido a 450$. Como fue el primero pujé mucho por este pero no me lo quedé.




Lote 17 Brian Mackern: se vendió a 500 $, me quedé con la duda acerca de lo que había en el CD. Es como si adentro de la caja hubiese otra caja que no nos deja ver lo que en definitiva hay adentro.


Lote 4 Sergio Porro: hace tiempo yo quise comprar un snoopy de Sergio Porro, peor salía muy caro y nunca me atreví. un día se vendió y yo quedé para siempre con ese dolor, con esa ausencia. Pensé que remataría este trabajo de Sergio Porro, pero cuando estuve allí pujando me di cuenta que nada de lo que hubiera dentro de la caja sustituiría mi snoopy. El agujero que ese snoopy dejó en mi, no lo llenaría este. Entonces dejé de pujar y se lo llevó otro.





Lote 20 Enrique Aguerre: se vendió en 1200$. no se porqué me imaginé que lo que había adentro era un dibujo y me lo imaginaba blanco con algún camino lleno de barro. Ahora que veo lo que había en la caja, me doy cuenta que nunca estuve en Berlín.




Lote 21 Sebastián Saez: Fue uno de los lotes más caros 2200 $ y seguramente quién se lo llevó no se fue defraudado. Me gustaría tener una pared entera llena de esos cuadritos.




Lote 6 Santiago Velazco: se vendió a 700 $. El que se lo llevó hizo un gran negocio. De haber sabido lo que había hubiera pujado más.



Lote 18 Juan Uría: Se vendió a 900. Pensé que sería un cuadrito con una flor en maceta, pujé bastante pero finalmente no lo llevé. Me gusta lo que hace Uría. Me sorprendí mucho cuando vi lo que había adentro. Era la flor de los cuadros hecha carne, como si hubiera cobrado vida.




Lote 10 Mauricio Pizard: Se vendió en 500 $. Me pasó una cosa rara con este lote. Antes de que todo empezara estuve hablando con un chico y una chica. Hablamos de los remates, de lo nervioso que me ponen. La chica contó de un ropero de roble que remató una vez con plata del padre. Les pregunté si ponían algo en alguna de las cajas y el chico dijo que él ponía. Le pregunté el nombre con la intención de rematar lo que fuera que estuviera en la caja, sólo porque me habían caído en gracia. Cuando llegó el momento del remate y los nervios se apoderaron de mi me olvidé del nombre del chico y no pujé por su caja. Se trataba de Mauricio Pizard y lo que había en la caja fue de las cosas que más me gustaron. Me hicieron acordar a una serie de stickers que hice que se llamaban bonobín. Maldigo mi memoria!





Lote 24 Alberto Lastreto y Cristina Casabó: Este lote no se vendió, una pena. tenía un precio base muy alto y además estaba en último lugar, eso conspiró contra la venta. Los que tenían plata ya se la habían gastado o habían huido por el frío o por miedo de ser asaltados. Cuando fui al remate fui con el miedo de que mi caja no fuera rematada, me parecía que era algo como muy triste, como ser rechazado por todos. Y cuando esta caja no se remató sentí como si fuera mi caja. Pero ahora pienso que fue la caja más digna la caja menos prostituta, la que vendió caro el pellejo, la que no se dejó llevar por cualquiera, la que se hizo valer.





Lote 8 Ochopante: vendido a 300$. Cuando salí de casa rumbo al remate fui con la clara convicción de que la caja de Ochopante sería mía. Pero mayor fue la sorpresa cuando vi la caja abierta. Me imaginaba iba encontrar dibujos, o incluso llegué a pensar en una historieta corta. En realidad lo mio era pura ignorancia. El título de la obra era Schrödinger's, y supe antes de abrir la caja que se trataba de un científico que había puesto un gato en una caja. El experimento demostraba que el gato podía estar vivo o muerto. Tuve miedo de que hubiera un gato muerto, pero Ochopante me aseguró que no. En vez de un gato muerto había uno vivo, las fotos de un gato llamado Ito que jugaba con la caja que contenía las fotos. Ito se esconde adentro de la caja, Ito sale corriendo de la caja, Ito vicha desde abajo de la caja, Ito descubre la caja y nosotros descubrimos a Ito descubriendo la caja.


La obra de Ochopante no se limitó a la caja. El propio Ochopante deambulaba por la sala disfrazado de gato y discutiendo sobre si la propiedad es un robo o si era posible llevarse cajas vacías.





Lote 13 Ernesto Vila: Se vendió a 2000 vintenes. Todos tenían miedo de rematarlo porque había que pagar en vintenes, pero quién ganó terminó convirtiendo los vintenes a pesos actuales y se los llevó sin considerar la evolución del Índice de Precios al Consumo.




Lote 5 Luciana Damiani: Se vendió a 500 $. Fui yo quien lo remató. Fue la compras más a ciegas que hice. No sabía nada de su autora. Quien remató habló de sus sutiles trazos y como el título era cama me imaginé un dibujo sugestivo sobre la cama y sus asociados. Pujé y pujé hasta que fue mía. Sorpresa me llevé cuando descubrí que efectivamente se trataba de una cama. Una camita para duendes podría ser, o para que duerman los sueños cuando uno está despierto. Ochopante después me llevó a conocer a Luciana y aproveché para sacar la foto.



Lote 9 Agustín Sabella: Vendido a 500$. La caja de Agustín Sabella fue muy peleada, yo mismo pujé, pero finalmente dejé que otro se la llevara. Cuando vi lo que había adentro me di cuenta que no es fácil de encasillar a este callejero. Si bien el cubo tiene un texto que hace acordar a algunos de sus stenciles, nunca me hubiera imaginado la idea del cubo blanco.

Abajo verán el momento en que Agustín encuentra algo más tangible que el Arte.



Lote 22 Alejandro Turell: Fue el lote más caro. Hubo quién dejó dejó encargado pujar hasta 200 U$S, como no se atrevió a dejar encargo por más, lo perdió por apenas 10 U$S.



Lote 11 Gerardo Podhajny: Vendido a 800 $. No fue fácil quedarme con la caja de Gerardo, muchos la querían. Pero insistí y ahora tengo a Cardozo en casa haciendome companía. Aún no se bien qué es lo que come Cardozo, espero darme cuenta antes de que muera de inanición. Un placer tenerlo en casa.


Lote 12 Alejandro Cruz: El que se lo llevó debió cocinar dos milanesas al pan además de 500 $. Se parece a los premios que hay últimamente, presente una tapita de coca y 300 pesos.




Lote 16 Golfodemar: Por último mi lote. Se vendió en 1.600 $ y después de mucho pujar se lo llevó Agustín Sabella. Me daba miedo que no le gustara lo que remató, despues de haber pagado tanto. Pero me dijo que sí le había gustado y eso fue un alivio sereno.


Si quieren ver todo lo que había en mi caja vean la entrega anterior dónde explico lo que puse en la caja y muestro las fotos.