miércoles, 28 de marzo de 2012

Besos sin anestecia

Hay besares que son pesares. Hace ya algunos meses, en nuestra ciudad, en nuestro barrio, echaron a dos muchachos del lugar donde estaban bailando, por cometer la osadía de besarse con uno de esos besos que desaquietan las tardes.
Fue un beso que levantó polvareda, como suelen hacerlo los buenos besos. Lo que más me soliviantó, no fue que los invitaran a retirarse del local, sino que muchos de nosotros apoyáramos a los dueños del local, en su acto higienista. Hubo, claro, un movimiento de repudio al centro bailable y hubo una manifestación en apoyo a los besuqueiros. Manifestación que prometió muchos besos de besares pesarosos, pero que en los hechos el único beso que vi fue a solicitud de un canal de televisión que quería aumentar el rating del informativo de la noche.
Fui a la marcha cargado de besos, besos de esos que se desenvuelven en el pasto al sol en otoño y a la sombra en verano. Esos besos que huelen a tierra húmeda y poco se importan del mundo y sus consecuencias.
Aquí va la serie de besos con gusto a balas.

martes, 20 de marzo de 2012

Callejero Montevideano: Noname

Noname llegó desde el otro lado de la cordillera. Vino conociendo y haciendo amigos. Llegó a Uruguay y no se conformó con conocer lo que suelen conocer los turistas, recorrió gran parte del país y en todo lugar que estuvo dejó su huella.
Para mi encontrarme con su carita de niño en 18 de julio fue una sorpresa. En mi cabeza estaba esa imagen registrada pero no sabía de dónde. Mucho le dí vueltas al asunto y mientras más pasaba el tiempo más caritas veía. Hasta que finalmente recordé que la carita la había visto en Santiago de Chile. Fu así que averiguando llegué a su facebook y su blog: www.noname.cl
Les dejo abajo algunas fotos, la primera de las fotos fue sacada en Santiago. Visiten su blog y conozcan su maravilloso viaje por estas tierras del sur.



sábado, 17 de marzo de 2012

Ciudad retazos

Aveces al pasar volando sobre cultivos, se tiene la sensación de que el mundo está hecho de retazos. Las ciudades también son encastres hechos en el paisaje. Cuando veo mi manzana desde la azotea, veo cosas que nos son invisibles desde la vereda. Los vidrios grises verdosos de las claraboyas, los plateados de membranas que se pegan al techo, los negros alquitrán, los verdes sombrites, los rojos tejuela, el hormigón, el ladrillo, el ocre de algunas paredes, el verde de mi enredadera. Todo parece encajar perfecto y no es posible saber dónde empieza una casa y dónde termina otra.
Las casas, con sus distintas alturas, una a continuación de la otra, con sus luces y sombras, sus colores, sus texturas, son como cultivos. Nosotros mismos, vecinos unos de otros, formamos esta ciudad retazos en la cual vivimos.
Esta serie, buscó llevar el retazo de las azoteas a la vereda.

viernes, 2 de marzo de 2012

Callejero montevideano: SWOC

Desde hace un tiempo un monstruito mutante ha invadido la ciudad. La firma del callejero es SWOC pero siempre está junto con Claro entonces ya no sé quién es quién. Si alguien sabe algo, que me avise. Usa tanto el spray como la pintura, y tanto lo veo plasmado en la pared como en stickers. Según CAES, se trataría de un callejero venido desde otras tierras y que ha dejado aquí su huella para asombro y susto de los criollos.


Se trata de un monster amenazante, es claro que busca generar miedo, pero hay algo en él que nos hace reír, como si su maldad fuera tan frágil que no puede causarle mal a nadie.


Me hace pensar en un monstruo niño. Y cuando pienso en eso no puedo dejar de pensar en esta campaña de miedo a los niños que estamos viviendo. El monstruito se me hace como la encarnación de ese miedo que han instalado en la ciudad, el miedo a los niños. Un miedo que asusta por su cara de niño feo, pero mirado de cerca solo puede causarnos gracia y ternura. Ternura por ellos pero ternura por nosotros como sociedad que somos capaces de asustarnos todavía de nuestros monstruitos, los mismos que se esconden de noche bajo la cama.