domingo, 28 de diciembre de 2008

Callejerera montevideana: Lälin

En Montevideo hay una artista callejera que desde hace mucho tiempo se dedica al sticker. Su trabajo está basado en personajes que se repiten en distintas circunstancias. Hace tiempo eran muy comunes los perros de ojos grandes y señores de grandes corazones.

Desde hace un tiempo me encuentro con una niña que es relamente fantástica. Es una niña sumamente tierna pero muy cruel. Creo que la ternura surje justamente de su crueldad. De algún modo el personaje de Lälin expone la debilidad de la crueldad, como si el hecho de pretender ser cruel sea una ingenuidad, algo que debería despertar más piedad que miedo. La niña malvada de Lälin parece tan vulnerable que nos hace dudar sobre el potencial de la maldad en si misma.

Cuenta la leyenda urbana, que Lälin antes se llamaba Läla (de hecho verán algunas fotos firmadas como Läla) y cuando aparecieron las Big Lala en escena (de quienes ya hablaré) cambió de nombre por temor a ser confundida con el proyecto Big Lala. Leyenda o no, lo cierto es que si la muñequita malvada descubre un Big Lala se encarga de eliminarlo. Tengo algunas fotos donde aparece con los Big Lala tachados. Por lo cual se trata del primer caso de guerra stickera en nuestra ciudad. En el mundo de los stickers montevideanos este personaje es uno de los más temibles junto con pornocriptito.

Alguna vez le escribí para conocer de ella pero como no podía ser de otra manera nunca me contestó. Si quieren saber más de ella visiten: http://www.flickr.com/photos/lalika








martes, 23 de diciembre de 2008

Ciudades: Cuenca

Cuenca se levanta sobre la antigua ciudad inca de Tomebamba, lugar de nacimiento de Huayna-Cápac, el más célebre de los señores del Tahantinsuyo, hijo del emperador Tupac Yupanqui, quien decidió fundarla sobre el asentamiento cañari de Guapdondélic, por motivos políticos, pero también debido a una indudable atracción por el sitio.

Se encuentra al sur del Ecuador a unos 2500 metros de altura. Hoy es considerada patrimonio histórico de la humanidad y conserva muy bien su estilo colonial.

En el centro de Cuenca no encontré muchas intervenciones urbanas. El arte está presente en las casas e iglesias pero las calles denotan que hay un cuidado por reprimir cualquier expresión de arte callejero. Posiblemente el cuidado por la ciudad ha llevado a que se combatan las intervenciones de taggeros y graffiteros. Lo interesante es que en ese combate se generan intervenciones interesantes. En general los tags son pintados para cubrirlos, pero se hace con una pintura cuyo color no coincide necesariamente con el color de la vivienda por lo que el intento por eliminar el tag termina remarcando su existencia. De esta forma el Tag es el camino para la intervención final que consiste en manchas de pintura sobre las paredes color crema de las viviendas.

Pude ver algunas intervenciones similares a las que vi en otro pueblo colonial como es Suchitoto, o sea pequeñísimas intervenciones que por su carácter casi invisible pasan desapercibidas y eluden la pintura censora. También pude ver algunos stenciles pero eran muy pequeños y aisalados.

Hacia las afueras de la ciudad cuando el carácter colonial se va perdiendo aparecen entonces las intervenciones libres de pinturas cobertoras. Entonces pude ver mucho tag y dibujos hechos con marcadores directamente sobre la pared.

Pegué muy pocos pegotes en Cuenca. Uno sólo lo hice en el centro aprovechando una intervención anterior hecha con lápiz y que ofrecía un caballo en venta. El resto de los stickers los pegué a las afueras, en el barrio de Baños donde hay una hermosa iglesia celeste. Los dejo entonces con imagenes de esta ciudad en la cual el arte se respira en el aire.



















sábado, 20 de diciembre de 2008

Tags: comienzo tienen las cosas

Hasta ahora no había puesto nada acerca de los Tags. Estaba en deuda con una de las expresiones más espontáneas y comunes del arte urbano. La palabra Tag viene del inglés y quiere decir marca o rótulo aunque podría tambien ser traducida como etiqueta. Se trata en definitiva de algo parecido a una firma. En algunos casos es claro el nombre, en otros la rúbrica impide descifrar la escritura.

Son hechos de las más variadas formas. Lo más común es el uso de marcadores directamente sobre la superficie a ser taggeada o en un sticker que se adhiere a la superficie. También se usan spray, lápices, crayones, pintura, etc.

Entiendo el Tag como una forma de marcar el territorio, algo así como lo que hacen los perros al mear. Es una forma de apropiarse de algo que es público. En este sentido me parece que el Tag nos lleva a refleccionar sobre el contenido de lo público. Los espacios públicos en las grandes ciudades han dejado de ser espacios de lo colectivo para ser espacios de nadie o directamente "no espacios", lugares que resultan ajenos a los propios habitantes de las ciudades. La ajenidad puede provenir de la separación en clases sociales que excluye a sectores de la población de ciertos sectores de la ciudad, o puede provenir de otros cortes como la exclusión de los jóvenes, las mujeres o el propio llamado hombre común que ve que ha perdido su capacidad de decidir sobre el devenir de su ciudad.

El Tag es una práctica de intervención urbana principalmente llevada adelante por jóvenes de clase media y pobres. Es posiblemente la intervención urbana de menor costo en relación a su impacto (un sticker puede ser menos costoso pero tiene menos visibilidad). El Tag es también una de las intervenciones urbanas más combatidas por autoridades y stablishmen. En las ciudades brasileñas es notorio el combate de las prefecturas con esta práctica. En Montevideo se goza de mayor libertad en ese sentido. Tal vez porque el Tag montevideano es menos violento que el brasileño.

Creo entonces que el Tag puede ser visto como un intento, por parte de la juventud, de hacer suya la ciudad. Lo cual en definitiva es una forma de humanizarla. Va entonces aquí una primera entrega de Tags montevideanos como homenaje a los jovenes vecinos que de esta forma transforman a la urbe en aldea.







lunes, 15 de diciembre de 2008

Cosas que se dicen

Hay en la ciudad mucha palabra escrita en muros, carteles, calles que no necesariamente fueron hechas con una intención artística o que es difícil de enmarcar dentro de lo que es el arte callejero. Creo que la línea entre lo que es y no es una intervención artística es muy difusa. Como criterio (arbitrario) he adoptado la idea de que un intervención aislada o esporádica sin tener un hilo conductor no entra dentro de lo que yo llamaría arte callejero.

Aquí va una mini colección de imágenes de mensajes que clasifico como intervenciones no artísticas. Es claro que puedo estar cometiendo errores de clasificación, por ejemplo al no reconocer o al ignorar que una determinada intervención sí tiene continuidad y no es esporádica. En particular hay dos o tres que me hacen dudar. Si saben de algo me avisan.

En próximas subidas intentaré ahondar en esta especie tan particular de las intervenciones urbanas. Por ahora lo dejo por aquí.