todo empezó un día en que recibí un correo donde s eme solicitaba que interviniera un muro. Nunca antes me había pasado que el propietario de una casa me pidiera que le interviniera su pared exterior. El pedido agregaba además, que no quería enterarse de cuando yo hiciera la intervención. La razón era que en su muro le habían pintado con grandes letras la palabra BOLSO.
La palabra estaba escrita a lo largo y con una letra de altura importante. Pensé entonces en cubrirla con un gusano. Trabajé bastante en mi encargo hasta que un día lo vi terminado. La logística del pegado no era simple, para llegar con balde y engrudo tenia que tomarme un ómnibus. Pensé entonces que lo mejor era combinar con el dueño de casa la preparación del pegamento. Le mandé un correo anunciado el fin del trabajo y planteando este cambio en los planes, y expliqué como sería el sticker. Para mi sorpresa recibí la respuesta de que prefería cancelar el pedido: el gusano no había sido de su agrado. Frustrado y arrepentido me senté a contemplar mi pobre gusano y decidí que lo pegaría en mi barrio como homenaje a todo lo agusanado que tenemos dentro.
Aquí van fotos de este gusano, que supo iluminar una esquina destruida y triste de la ciudad. Verán también las fotos de todo lo que el gusano llevaba dentro y verán un gordo enigmático que pegué días más tarde.
Después verán la lenta decadencia del gusano. Mientras lo pegaba pasó un vecino muy pobre, lo miró y me dijo: "muy lindo! esperemos que dure!". Su esperanza y la mía duraron poco. Alguien se llevó un pedazo a los pocos días, calculo que se lo llevó porque le gustó. Luego, días más tarde alguien lo decapitó.
En fin la historia de uno más en Montegusano.
Este es el pedazo que arrancaron primero:
Aquí aparece el gordo:
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