El 28 de abril murió Idea. Para quienes alguna vez sentimos su roce de tules, fue un dolor agudo y punzante. Se fue así, como lo predecían sus poemas, como quién se va yendo sin que nadie lo note. Sentí en esos días como un desasosiego, como si de golpe me faltara algo que nunca había tenido. Descubrí que no era el único. Otros salieron desesperados a desparramar en las paredes sus palabras. Una de las pintadas duró lo que un lirio, haciendo honor a aquello de que las palabras se las lleva el viento, aún siendo palabras llenas de Idea.
Fue entonces que percibí que la única forma de sacarme el mal de ausencias era soltar sus palabras en la calle. Esta es una serie dedicada a Idea Vilariño por enseñarnos a decir No a tantas cosas. Tomé algunos versos y le hice un dibujo mínimo que sólo le diera algo de color. No puse el nombre de la autora, porque pensé que ella hubiera querido que las palabras volaran libres de nombres e historias.
La primera foto es de una de las pintadas que ví por esos días.
Uh! Precioso, mantiene el discreto encanto y aguda sensibilidad de Idea... felicitaciones, Yael.
ResponderEliminarExcelente.
ResponderEliminarvi alguno de esos por rondeau...
ResponderEliminarme preguntaba quién los hacía, lo que sí sentía que los hacía una chica... es que no sabía que eran textos de IDEA.
Capturar la cuestión femenina así... qué cualité!
gracias golfo por el regalo de rondeau