Voy a iniciar con un tema de debate que me parece importante: la frontera entre arte urbano y vandalismo. No me interesa en esta entrada entrar a discutir hasta donde va uno y donde empieza el otro.
Aquí me voy a centrar en el aporte al debate que han hecho dos artistas, en la exposición organizada por Alfredo Ghierra en el subte municipal. La exposición de Alfredo consiste en un diálogo entre distintos artistas acerca de la ciudad de Montevideo. La propuesta es interesante y oportuna, dado que coincidió con las elecciones municipales. En broma, la exposición se llama Ghierra Intendente y la verdad es que uno se va con ganas de votarlo!! Para quién quiera ir a verla está a tiempo.
Los artistas que inician el debate son Matias Ferrando Trenchi y Javier Vaz Martins. En la exposición presentan una propuesta llamada Campaña de Bien Público, dónde proponen disminuir el número de idiotas que habitan la ciudad. Definen tres tipo de idiotas: lo que incumplen reglas de tránsito, los que tiran basura y los vándalos. Hoy me voy a centrar en este último punto.
La obra consiste en láminas parecidas a los pósters que hacen los científicos en sus congresos. En una de ellas dice: UN VÁNDALO = UN IDIOTA.
La obra consiste en láminas parecidas a los pósters que hacen los científicos en sus congresos. En una de ellas dice: UN VÁNDALO = UN IDIOTA.
De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española un idiota es:
3. adj. coloq. Tonto, corto de entendimiento.
4. adj. desus. Que carece de toda instrucción.
El uso de la palabra idiota para referirse a otro en forma peyorativa siempre me ha molestado. Es una forma retórica que se basa en disminuir al otro intelectualmente. La idiotez en principio podría ser considerada una enfermedad, algo del mismo tenor que la depresión, la bipolaridad o la gripe. Al usarlo en forma peyorativa no sólo denigramos a quién insultamos sino que también a quién padece la enfermedad.
4. adj. desus. Que carece de toda instrucción.
El uso de la palabra idiota para referirse a otro en forma peyorativa siempre me ha molestado. Es una forma retórica que se basa en disminuir al otro intelectualmente. La idiotez en principio podría ser considerada una enfermedad, algo del mismo tenor que la depresión, la bipolaridad o la gripe. Al usarlo en forma peyorativa no sólo denigramos a quién insultamos sino que también a quién padece la enfermedad.
Pero veamos la imágenes:
"Destruir por placer puede ser válido siempre y cuando lo destruido sea propio y no genere mal a terceros." Esta frase me genera muchas dudas. ¿Qué se entiende por propio? ¿Qué se entiende por generar mal a terceros? Si corto en pedacitos el árbol de mi jardín, es mio el árbol por estar en mi jardín? Ese espacio que llamo jardín, ¿es mío por haberlo comprado o heredado? ¿El propio árbol no es dueño de sí mismo? O el daño a terceros incluye al árbol? ¿Qué quiere decir destruir por placer? ¿Que pasa si destruyo como negocio?
Después es más contundente: "..cualquier rotura de lo ajeno es siempre y en todo sentido una idiotez." De nuevo me pregunto, ¿qué es lo ajeno? ¿Aquello que históricamente consideramos propiedad de otros? El hecho de que sea un concepto social e histórico y por lo tanto mutable, ¿no implica que no necesariamente siempre y en todo sentido es una idiotez? Destruir el muro de Berlín ¿fue una idiotez? ¿De quién era el muro? Destruir la Bastilla ¿fue una idiotez? Si es así, los grandes momentos de la historia han sido hechos por idiotas!
Después el texto va al grano, a lo que realmente importa si se tiene en cuenta la foto que acompaña el texto. Rayar es una idiotez porque queda más feo! Ese es el punto: los que rayan las paredes son idiotas. Seguramente no es lo mismo el que hace un graffiti. En la misma exposición otros artistas pegan imágenes de dibujos de artistas callejeros, entre ellos el genial Alfalfa. Supongo que alfalfa no raya y además no es un idiota porque no "queda más feo". Los idiotas son los Taguers: se apropian de lo ajeno y lo dejan más feo. La foto presenta un Tag de Exsesos hecho en un cartel que anuncia al monumento a Varela.
La frase final, es para mi el broche de oro: "Los idiotas entorpecen el desarrollo de nuestra especie." Esta frase digna de cualquier manual de Eugenesia, bien pudo estar en boca de Mengele, quién con el fin de mejorar "el desarrollo de nuestra propia especie" realizó miles de experimentos con personas consideradas idiotas. La Fundación por un mundo con menos idiotas, sin dudas es una rama actual del nazismo.
Pero, quiero ir al punto crucial: Los Taguers se apropian de lo ajeno y lo dejan más feo, ergo son idiotas, ergo hay que eliminarlos. Les propongo que miren la foto de abajo. El quiosco amarillo de chapa que embellece nuestra principal avenida gracias al aporte de Nuestra empresa de comunicaciones, realmente ¿quedó más feo por tener un tag? ¿O es justamente el Tag lo que lo convierte en algo de la ciudad? Ese adefesio que llaman quiosco y que es financiado en su estética con fondos públicos, ¿ocupa el espacio de quién? ¿Quién es el dueño de ese "lugar" en el sentido de algo para ver? ¿Con qué derecho nos obligan a ver por toda 18 de julio los quioscos de chapa amarillos? ¿No hay un apropiación que deja todo más feo en ese hecho? ¿No es esta apropiación mucho más fuerte, violenta que la que hace el Tag? Yo creo que el Tag es una forma de reapropiarse del espacio que nos han robado.
Propongo mirar un poco más. Veamos la esquina de 18 que presento abajo. Una hermosa casa centenaria se presenta ante nosotros. Arriba pintada en rosa y blanco, que combina hermosamente con el negro de la librería Puro Verso y con el verde del fantástico negocio POUPURRI (supongo que es una versión libre de la palabra Potpourrí que quiere decir pote podrido) y que a su vez combina de maravilla con la marquesina de maderas blancas de la sala de maquinitas y el cartel blanco y rojo de la casa del artesano. Una esquina hermosa, donde lamentablemente, el quiosco de bello color ANCEL fue dañado por tres idiotas, que terminaron arruinándolo todo. Realmente hay que matarlos!
Abajo, por suerte vemos otra esquina con un hermoso palacete centenario, bellisimamente decorado por la gente de BIOS y la gente del Chivito de Oro. Ningún idiota en la vuelta.
Abajo otra foto de nuestra principal avenida. Esta vez el hermoso quiosco patrimonio cultural de Montevideo y Ancel fue rayado y afeado por varios idiotas, que no respetaron ni el hecho de que el quiosco cuente con claraboya, ni que esté emplazado frente a un antiguo edificio bellamente conservado por dos ilustres de la ciudad como son Doite y Los 4 Ases. Ni hablemos del moderno edificio contiguo de hermoso color mugre y vistosas cortinas de nylon. Toda gente bien que vive en sus propiedades y destruyen por placer pero sin hacerle daño a terceros.
Por último para que se note la diferencia, los dejo con una de las joyas arquitectónicas de nuestra principal avenida. El conjunto es perfecto, quiosco y edificio sin mácula alguna. Esta es la ciudad que queremos, un ciudad libre de idiotas tagueros!!
Supongo que en el fondo la idea de Ferrando y Vaz fue hacer una broma para disparar reflexiones al respecto. Lo cierto es que el planteo que ellos hacen no es novedoso. Hay muchos que están dispuestos a salir en cruzada contra los taguers. En otras ciudades los Cruzados se manifiestan vivamente en público y han coptado las instituciones públicas y en casos extremos llegan a matar. Creo que antes de armar cruzadas deberíamos preguntarnos qué consideramos como propio y cuestionar quién tiene derecho a apropiarse de lo público. ¿Porqué un Tag no y un spot publicitario sí?
el tag nunca morirá, es como lo primero del graffiti, de ahi nace todo, aparte de ser una actividad de alguien que lleva determinado estilo de vida que no lo va a cambiar. creo que nadie entiende o le gusta el tag, es como un idioma entre la gente que lo hace, creo tambien que en esto de taggear los kioskos de ancel tiene un fundamento de apropiarse de eso justamente porque esta contaminando la avenida, y tiene un fin meramente comercial, el tagg no es comercial, y requiere de mucho mas creatividad y huevos para ponerlo en la calle.
ResponderEliminarAgrego un comentario que recibí de alguien a quién admiro mucho: Don Torkone
ResponderEliminarEl comentario dice así:
Entiendo a lo que apunta. Aunque no puedo dejar de recordar la indignaci ... Ver másón que le produjo a mi abuelo cuando tuvo que pintar 3 veces el muro de su casa que daba a la calle a causa de tags pelotudísimos y bastante feos o afiches del F.A. El muro inmaculadamente blanco y con unos helechos que salían de una grieta que él ni quitó ni pintó por encima formaban un cuadro abstracto bastante lindo dentro de la mugre del resto de la cuadra del pueblo. y de todas formas se podía divisar entre las capas los remanentes de los afiches, los tags borroneados a media y los "manya puto" que se negaban a desaparecer.
Sobre la nota en sí: con o sin tags las fotos de la nota muestran una ciudad de arquitectura ecléctica pero que le es ajeno el gusto para la decoración. :)
Nada más. Y nada menos.
Saludos!!
Siempre tan atento Mario, cuando vi eso en la muestra me fuí, consideré que no tenia mas nada que ver ahí después de la contradicción al ver reproducciones de lo que la gente llama "street art" pegadas con cinta adhesiva en lo que el común popular ve como el lugar sagrado del arte "LA PARED DEL MUSEO " y el rotulo de idiotas a los que hacemos "vandalismo maldito". Con respecto a la reflexión de tu blog, no puedo estar mas de acuerdo, no se si seremos idiotas, capaz que si, es muy subjetivo. Lo que si somos, es autoritarios (no lo niego, y es eso lo que me hace sentir culpable mas que el "daño a los otros ), pero no menos autoritarios que los dueños de las marquesinas o los colores corporativos de unas empresas.
ResponderEliminarLe preguntaría a la gente que expone allí si tanto odian las marquesinas, por que dejarlas limpitass? por que soportar el naranja, verde manzana y amarillito de unas empresas?...Este es mi simple mix de ideas con mala redacción, salú Mario.
Agrego aquí un comentario que recibí en el face book del DOC SGS, colectivo que hace unos stickers muy bueno ya demás hace tags:
ResponderEliminar"¿Con qu ... Ver másé derecho nos obligan a ver por toda 18 de julio los quioscos de chapa amarillos? ¿No hay un apropiación que deja todo más feo en ese hecho? ¿No es esta apropiación mucho más fuerte, violenta que la que hace el Tag? Yo creo que el Tag es una forma de reapropiarse del espacio que nos han robado." estoy muy de acuerdo en eso, yo creo que en si es una batalla entre la publicidad y el tag, entre lo comercial y lo under, entre lo "legal" e "ilegal", (estos dos terminos los relativiso en este contexto). el arte urbano es como yo lo veo "un aporte a la comunidad", q ademas es gratuito y no invasivo ( no como la publicidad).
debo confesar que no me daria el espacio para expresar todo lo que tengo q decir con respecto a esto, y que ademas este tema tendria que salir del blog o el facebook y consientizar a las personas.
Gracias Caetano por tus comentarios aqu ... Ver másí y en el blog y gracias SGS. Creo que Caetano tiene razón en lo de autoritarios, pero eso es válido para todo el arte callejero como dice SGS. El tema es que el arte callejero como los murales o el graffiti ya no son considerados vandalismo. El Tag es el problema. En Brasil hay una gran discusión sobre este tema y en internet he visto que en muchos lugares se da la discusión dentro del arte callejero a favor y anti Tag. Me parece que la exposición del Subte, apunta a generar ese debate y creo que es mejor que lo discutamos entre los que intervenimos la calle antes de que sea algo a nivel de los medios (hace algunos domingos salió un artículo en El País que se llamaba "Montevideo cada vez más rayada" y no era por loca)
ResponderEliminarUnas preguntas muy interesantes, me dejaste pensando. Es natural insensibilizarse y acostumbrarse a lo que persiste y es ubicuo: envases en la playa, bolsas en los árboles, basura en la calle, adefesios varios en la ciudad. Es terrible, pero uno termina integrándolo al "paisaje de fono", dejás de verlo, y dejás de reaccionar a ello. Pero podés reaccionar sin embargo a algo distinto, llamativo, que llame la atención, y así podríamos llegar a una aversión a los tags al mismo tiempo que toleramos un kiosko color patito. Con todo, no creo que haya un belicismo especial del ciudadano común en contra de estas expresiones, nada de que preocuparse. Reaccionarios siempre habrán.
ResponderEliminar